Una tradición centenaria de devoción mariana:
LOS AUROROS LLAMAN AL REZO DEL ROSARIO
Felicidad Izaguirre
Los auroros son agrupaciones de amigos y vecinos de una misma localidad que, con campanas y otros instrumentos musicales, recorren de madrugada calles y plazas, cantando coplas y salves que alaban las bondades y grandeza de la Virgen.
Es una de las manifestaciones populares más antiguas de devoción a Santa María Virgen. Su misión es despertar a la gente para que acuda a la procesión del rezo del Santo Rosario a la aurora del día –el Rosario de la Aurora–, y después, a la Misa.
Los auroros nacieron como hermandades en los albores del siglo XVII, bajo la advocación de la Virgen María, denominándose «campanas» por ser estas el único instrumento que acompañaba en los cantos. Los coros eran de hombres, la incorporación de las mujeres fue posterior.
Esta tradición centenaria se mantiene viva en muchos pueblos de España. Contiene aspectos culturales, religiosos, antropológicos y musicales que la hacen digna de figurar entre los tesoros del patrimonio cultural inmaterial, para ser preservada en su verdadera esencia e impulsada hacia el futuro, como así se ha hecho en Murcia, con La Aurora Murciana.
En la provincia de Albacete es una tradición famosa en Peñas de San Pedro, y también va a más en Pozuelo, Pozohondo y Pozo Cañada, de tal manera que se va a iniciar un trabajo para el reconocimiento de los auroros de Albacete como Bien Cultural Inmaterial.
Las coplas y salves son transmitidas oralmente, de generación en generación, y en cada localidad los auroros se organizan en conjuntos corales, hermandades o «campanas».
Las coplas y salves son transmitidas oralmente, de generación en generación, y en cada localidad los auroros se organizan en conjuntos corales, hermandades o «campanas», con su propia estructura de voces e instrumentos así como actos y fechas para cantar y rezar, siendo días destacados la fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Rosario, junto a los sábados y domingos de octubre, mes del Rosario.
Con sus coplas y salves en esquinas y plazas principales, hacen de las horas que transcurren entre la noche que muere y el nuevo día que nace, un tiempo venturoso y gozoso, alabando a la Madre de Dios, que a todos nos acoge y abraza con su amor y protección.
Al paso de los auroros, los vecinos se van despertando y salen de sus casas para hacer el rezo del Rosario de la Aurora, en procesión hacia la iglesia.
Así dicen estas coplas: «El Rosario de por la mañana es una escalera de mucho valor, que por ella se sube a los cielos a ver a María y gozar de Dios.
Es la Virgen del Rosario nuestra Señora y Patrona, que en los brazos lleva un Niño que a todos nos perdona».
El grupo de los auroros de Pozuelo pertenece a la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, que tiene doscientos cofrades y fue fundada en 1614. Pedro Roldán Cortés es auroro, y como cura del pueblo coordina el grupo. Afirma que «para que esta tradición tan hermosa e histórica se dé a conocer y no se pierda, tenemos que defenderla y contar con el apoyo institucional, uniéndonos a la gente que en el pasado luchó mucho por esto y lo fue consiguiendo para todos».
Al paso de los auroros, los vecinos se van despertando y salen de sus casas para hacer el rezo del Rosario de la Aurora, en procesión hacia la iglesia.
«El demonio no quiere que alabemos a la Virgen»
También anima Pedro Roldán Cortés a la participación como auroros. «Lo que hacemos lleva al rezo del Rosario, que es la oración que hace que tengamos ese escudo tan poderoso frente a todo lo que nos ataca. Por eso se dice en los cantos, que tienen una teología popular profunda: “el demonio te ata los pies a la cama, al oído te está diciendo: no vayas al Rosario, sigue durmiendo”, porque en el fondo, lo que el demonio no quiere es que nosotros alabemos a la Virgen, que recemos el Rosario.
Cantamos también: “Si supieras cuánto vale rezar el Santo Rosario, estarías todo el día sin soltarlo de la mano”. “Campanillas llegan a tu puerta, ni te llaman ellas ni te llamo yo, que te llama María la Aurora, por boca de un ángel y un despertador”».
El símbolo de los auroros de Pozuelo es la medalla de la Cofradía del Rosario y la capa con la que van ataviados. En sus rondas llevan un farol antiquísimo que va iluminando el trayecto, y cuando se detienen a cantar es situado en el centro del coro.
Jesús García González es el presidente de la Hermandad Virgen del Rosario de Pozohondo. Informa que «en 1916 un vecino del pueblo llamado Juanillo, en un viaje que hizo escuchó de una agrupación de auroros unas letras o coplas que se adaptaron a la música del pueblo. Con la ayuda del párroco se compró una imagen y se formalizó la hermandad. Los instrumentos que nos acompañan son acordeón, laúd, bandurria y guitarras».
El símbolo principal es el estandarte con la imagen de su Patrona, la Virgen del Rosario. En su honor cantan: «Un hermano le dice a otro hermano: levántate hermano, que vamos a cantar, no perdamos lo que tanto vale por la “convenencia” de no madrugar. Dios te salve Virgen pura, Dios te salve Virgen bella, Dios te salve Reina y Madre, Madre del Cielo y la Tierra».