María, Reina de los Apóstoles

Yolanda Muñoz Estepa (Cooperador Paulino nº 186, pp 26-27)

Titular de las Hermanas Apostolinas y centro en la devoción mariana de la Familia Paulina.

Desde el nacimiento y hasta la cruz, María está presente en la vida de Jesús y cuando su Hijo muere y resucita, leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles, que los discípulos, «volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos» y «perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos». María es, ahora, la Madre y Reina de los Apóstoles.

Ella, que fue la primera apóstol, nos enseña «el modelo de todo apostolado, la inspiradora de todas las virtudes apostólicas» (1935: CISP, 38). Así lo dice el beato P. Alberione. Y es una consecuencia lógica enamorarnos de Cristo. Conocer a Cristo es amar a su Madre y tenerla como modelo, porque ella fue quien acompañó, en la difícil situación de la pasión y muerte de Jesús, a los Apóstoles. Ella les enseñó a ser fuertes en medio de la dificultad.

Cuando el cristiano se enamora de Cristo, el Amor le urge (2Cor 5,14) a vivir para Dios y para los hombres, especialmente los más necesitados. Y María, fue la primera que se enamora del Hijo de sus entrañas. Eso le lleva a decir en las bodas de Caná a los sirvientes que hagan lo que Él les diga (cf Jn 2).

El cuadro de la Bienaventurada Virgen María como Reina de los Apóstoles realizado según la visión del Beato Santiago Alberione. Este cuadro está en la Basilica de la Reina de los Apóstoles en Roma.

Lo verdaderamente importante para la Familia Paulina, no es hacer méritos para alcanzar un puesto en el cielo, sino hacer en cada momento la voluntad de Dios en las cosas que hacemos, anunciar la Buena Nueva de Cristo Maestro, Camino, Verdad y Vida. Y en eso, la pionera es María, nuestra Reina y la Reina de los Apóstoles. Ella es nuestra modelo, nuestra Maestra.

Cuando el cristiano se enamora de Cristo, el Amor le urge (2Cor 5,14) a vivir para Dios y para los hombres, especialmente los más necesitados.

El P. Alberione puso a una de las ramas de la Familia Paulina, las Hnas. Apostolinas, bajo la especial protección de esta madre, la Reina de los Apóstoles. Se trata de un instituto religioso que dedica toda su actividad apostólica a promover las vocaciones, a anunciar al mundo que Dios nos llama. Su labor es ayudar a que cada persona encuentre su lugar en el mundo, que encuentre sentido a su vida.

El gobierno general de las Hermanas Apostolinas. Tienen comunidades en Italia, Brasil y Polonia. Foto por las Hijas de San Pablo, paoline.org (https://bit.ly/2C45CXd)

Todas las ramas de la Familia Paulina honramos y veneramos a la Virgen bajo esta advocación: Reina de los Apóstoles. Su fiesta se celebra todos los años el sábado siguiente a la Ascensión del Señor, este año 2020, el 30 de mayo. Pidámosle a María que nos conceda todas sus virtudes, que nos ayude a hacer presente a su Hijo, Jesucristo, en las circunstancias que vivimos. ¡Qué importante es que cada uno seamos felices allá donde Dios nos ha puesto!

La fiesta paulina de María Reina de los Apóstoles se celebra todos los años el sábado siguiente a la Ascensión del Señor, este año el 30 de mayo.

La devoción a María Reina de los Apóstoles está en el centro de la Espiritualidad Paulina.

Intercede por nosotros, Madre de Dios y Reina de los Apóstoles. Acuérdate de tus hijos que se encuentran afligidos, de los que vagan sin sentido por la vida. Danos, a todos, hambre y sed de tu Hijo, para que, con el testimonio de nuestras vidas, otros sigan la tarea que el beato P. Santiago Alberione nos marcó. Aumenta las vocaciones en nuestra Familia. Qué todos lleguemos a ser más de Ti, para ser más de Dios. Así sea.