Amazonía: Esplendor, drama y misterio

Sueños del papa Francisco en su reciente exhortación postsinodal

José Antonio Varela Vidal (Cooperador Paulino nº 186, pp 21-23)

El mundo entero acaba de recibir de manos del papa  Francisco la exhortación apostólica postsinodal 

«Querida Amazonía», fruto del Sínodo de los Obispos para la Amazonía.

Hay que identificar con claridad que este esfuerzo del santo padre tuvo como antesala la homilía de inicio de su pontificado en 2013, así como la encíclica Laudato Si’ de 2015.

Para algunos, esta exhortación es el testamento medioambiental del Papa; para otros, una decepción porque no anunció lo que esperaban o necesitaban… Sin embargo, en palabras del mismo Francisco, que no ha querido distraer al mundo en detalles clericales, el documento trata de «sueños que la Amazonía me inspira».

Soñar con lo social

Con una invocación a un «grito profético» y un mayor trabajo por los más pobres, el Papa presenta un panorama de esperanza, mediante el cual la Iglesia y los gobernantes podrían revertir la situación de injusticia, miseria y postergación a la que están sometidos los pueblos originarios y su entorno medioambiental.

Sin embargo, este trabajo parte por cambiar la mentalidad de que la Amazonía «es un enorme vacío que debe ocuparse […] como una sos o usurpadores», cuyas vidas no interesan; y más bien han sido vistos como obstáculos para ciertos planes mercantilistas.

Ante ello, el Documento pide buscar alternativas que a través del «diálogo social» con los protagonistas lleven a «caminos de encuentro» que enriquezcan a la Amazonía.

El Santo Padre recibiendo las ofrendas de los indígenas de la Amazonia. Foto por Reuters/Remo Cassili.

Soñar con la cultura

Al entrar más a profundidad, el santo Padre advierte que promover la Amazonía no significa «colonizarla culturalmente», sino cultivar y promover las potencialidades que tienen los pueblos originarios, evitando, por otro lado, una «fragmentación interior» por la pérdida de los valores que las sostienen.

En este sentido, y ya se lo había pedido a sus interlocutores de las JMJ de Río y Panamá, enfatiza que es necesario «hacerse cargo de las raíces y recuperar la memoria dañada». Por ello, esta vez se lo vuelve a encargar a los jóvenes.

El rescate y el respeto a los derechos de los pueblos originarios vuelve a ser una invocación de Francisco a los pastores y gobernantes.

En palabras del mismo papa Francisco, que no ha querido distraer al mundo en detalles clericales, el documento trata de «sueños que la Amazonía me inspira».

El Documento pide buscar alternativas a través del «díalogo social» con los protagonistas lleven a «caminos de encuentro» que enriquezcan a la Amazonía. Foto por Shutterstock.

Soñar con lo ecológico

Con aportes del Documento final de conclusiones del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía de octubre último, y citando poesía de los ancestros, el Papa hace ver que, en esta parte del planeta, que nos pertenece a todos, «existe una estrecha relación» del ser humano con la naturaleza.

Por eso la importancia de que el debate asuma la convicción de que el cuidado del medio ambiente y el cuidado de los pobres «son inseparables».

Y, con el fin de evitar que a su discurso se le ubique entre los “verdes”, reafirma las enseñanzas de la Iglesia de que la ecología no es una cuestión técnica, sino que siempre incluye un aspecto educativo.

 

El Sínodo de Amazonía fue celebrado el 6-27 de octubre de 2019 en la Ciudad del Vaticano. Foto por Daniel Ibañez/ACI Prensa.

Soñar con lo eclesial

En esta parte final de la exhortación apostólica, Francisco se refiere con propiedad a que el interés de la Iglesia por la Amazonía no es de ahora. Por ello, cita los documentos del Celam desde Medellín (1968) hasta Aparecida (2007) como base también del permanente «anuncio misionero» en el que está comprometida toda la Iglesia.

Esto lo destaca para no ver esta problemática solo como un mensaje social; sino que, unido a esto, los pueblos «tienen derecho al anuncio del Evangelio».

El santo Padre advierte que promover la Amazonía no significa «colonizarla culturalmente», sino cultivar y promover las potencialidades que tienen los pueblos originarios.

Por ello, da una serie de pautas afirmadas en la tradición de la Iglesia, y otras proféticas como la configuración de una Iglesia con «rostro amazónico» o la obtención de mayores responsabilidades de los laicos, con énfasis en las mujeres, para darle así más vida a las comunidades.

Una solución audaz y concreta del santo Padre, con el fin de suplir la ausencia de presbíteros en las parroquias locales, ha sido su llamado para que se elija a la Amazonía como lugar de misión.

En un afán de demostrar integridad, él mismo ha dispuesto que los futuros diplomáticos del Vaticano realicen un «año misionero» antes de emprender sus tareas de oficio. Esto podrá colaborar a revertir esta ausencia ministerial y, a la vez, reavivar en ellos su celo pastoral. El Papa ha querido ser nuevamente un puente, pues, como reza el dicho: «A grandes problemas, grandes soluciones».

Y para este año, Francisco invita al mundo entero a celebrar la Semana Laudato Si’, del 16 al 24 de mayo de 2020, con ocasión de la conmemoración del quinto aniversario de la publicación de su carta encíclica del mismo nombre.

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Cooperador Paulino


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