El tema está tomado del Evangelio de san Lucas: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Y el logo representa a María como medio para conocer a Jesús, representado en una cruz. En el logo también está estilizado el canal, uno de los símbolos del país, y cinco puntitos blancos que simbolizan a los peregrinos procedentes de los cinco continentes. El himno oficial de la JMJ ha sido compuesto por Abdiel Jiménez, panameño. Está en español, pero será cantado en diversas lenguas.
En el mensaje para esta Jornada, el Papa ha comentado el versículo de Lucas en cuatro párrafos. Y con ellos, el Papa ha recordado a los jóvenes que el Señor, la Iglesia, el mundo, esperan también ellos su «respuesta a la llamada única que cada uno tiene en esta vida». He aquí solo algunos subrayados.
- No temas
La aparición repentina del ángel y su misterioso saludo: «Salve, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1,38), han causado una fuerte turbación en María… El ángel, leyendo en lo profundo de su corazón, le dice: «¡No temas!».
Dios también lee en nuestro corazón. Él conoce bien los desafíos que tenemos que afrontar en la vida, especialmente cuando nos encontramos ante las decisiones fundamentales de las que depende lo que seremos y lo que haremos en este mundo. Es la «emoción» que sentimos frente a las decisiones sobre nuestro futuro, nuestro estado de vida, nuestra vocación.
En esos momentos nos sentimos turbados y embargados por tantos miedos… En los momentos en que las dudas y los miedos inundan nuestros corazones, resulta imprescindible el discernimiento… El discernimiento consiste sobre todo en abrirse al Otro que llama.
- María
El primer motivo para no tener miedo es precisamente el hecho de que Dios nos llama por nuestro nombre…
Queridos jóvenes: Ser llamados por nuestro nombre es, por lo tanto, signo de la gran dignidad que tenemos a los ojos de Dios, de su predilección por nosotros. Y Dios llama a cada uno de vosotros por vuestro nombre. Vosotros sois el tú de Dios, preciosos a sus ojos, dignos de estima y amados (cf Is 43,4). Acoged con alegría este diálogo que Dios os propone, esta llamada que Él os dirige llamándoos por vuestro nombre.
- Has encontrado
gracia ante Dios
El primer motivo para no tener miedo es precisamente el hecho de que Dios nos llama por nuestro nombre.
El motivo principal por el que María no debe temer es porque ha encontrado gracia ante Dios. La palabra «gracia» nos habla de amor gratuito e inmerecido… También en el futuro seremos sostenidos siempre por la gracia de Dios, sobre todo en los momentos de prueba y de oscuridad…
El haber «encontrado gracia ante Dios» significa que el Creador aprecia la belleza única de nuestro ser y tiene un designio extraordinario para nuestra vida. Ser conscientes de esto ciertamente no resuelve todos los problemas y no quita las incertidumbres de la vida, pero tiene el poder de transformarla en profundidad.
- Valentía en el presente
La fuerza para tener valor en el presente nos viene de la convicción de que la gracia de Dios está con nosotros: valor para llevar adelante lo que Dios nos pide aquí y ahora, en cada ámbito de nuestra vida; valor para abrazar la vocación que Dios nos muestra; valor para vivir nuestra fe sin ocultarla o rebajarla…
La gracia de Dios toca el hoy de vuestra vida, os «aferra» así como sois, con todos vuestros miedos y límites, pero también revela los maravillosos planes de Dios. Vosotros, jóvenes, tenéis necesidad de sentir que alguien confía realmente en vosotros. Sabed que el Papa confía en vosotros, que la Iglesia confía en vosotros. Y vosotros, ¡confiad en la Iglesia!
A María, joven, se le confió una tarea importante, precisamente porque era joven. Vosotros, jóvenes, tenéis fuerza, atravesáis una fase de la vida en la que sin duda no faltan las energías. Usad esa fuerza y esas energías para mejorar el mundo, empezando por la realidad más cercana a vosotros.